independencia latinoamericana y cultura prehispánica
MINISTERIO
DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD
DE LAS CIENCIAS DE LA SALUD
“HUGO
CHAVEZ FRIAS”
PNF RADIOIMAGENOLOGÍA
NÚCLEO LA GUAIRA
TRAYECTO
I-TRAMO II
INDEPENDENCIA
LATINOAMERICANA Y CULTURAS PREHISPANICAS
FACILITADORA: PARTICIPANTES:
QUIJADA JESNEY MARTINEZ
JORNELIS V-30.226.084
NIÑO JHONAIKER V- 31.291.265
PEDRON JOSE V-27.858.776
MACUTO, 2023
El proceso de independencia de Latinoamérica se
inicia en 1810 y finaliza en 1825, a excepción de Cuba y Puerto Rico que
continuarán siendo colonias españolas hasta 1898.
Antecedentes de la
independencia de los países latinoamericanos:
Tanto la causa
que lo inicia como los impulsos decisivos del proceso dependieron más de los
sucesos y decisiones que se tomaron en la metrópoli que de un supuesto espíritu
o proyecto independentista en la propia América. En realidad, todo el proceso
estuvo ligado a los avatares de la política europea en la época de
las guerras napoleónicas y a sus repercusiones en la península. La
causa absoluta del surgimiento del movimiento independentista latinoamericano
es, por lo tanto, la crisis de la monarquía española.
A grandes
rasgos, podríamos clasificar las causas principales en 3 factores:
1. Los casi doce años de guerra de España contra
Inglaterra que trajo consigo la dislocación del sistema comercial y en
consecuencia la crisis económica de muchos latinoamericanos que
ostentaban una a una posición dominante dentro de la administración pública.
2. Un segundo factor fue el del temor a las
transferencias territoriales que las potencias europeas pudieran acordar
entre ellas para la realización de la paz. Una evidencia de esto es la invasión
británica del Río de la Planta en 1806 y 1807 que pusieron en evidencia la
incapacidad de la monarquía para depender sus posesiones en América.
3. El tercer elemento sería los abusos de poder de las
élites sobre los criollos enmarcado en el absolutismo ilustrado que conlleva a
las reformas en las estructuras administrativas y económicas que frenaban el
crecimiento económico. En consecuencia, los criollos desarrollaron una
conciencia nacionalista con el objetivo de crear un gobierno
independentista y poder participar en la toma de decisiones.
Otras causas fueron de orden interno y externo. Entre las de este tipo están la difusión de los ideales enciclopedistas, el ejemplo de los Estados Unidos de América y el deseo de Inglaterra de romper el monopolio colonial español en América del Sur. Entre las causas internas figura el desarrollo del poder social de los criollos (blancos americanos), quienes aspiraban a poseer también el poder político. En todo caso, el triunfo de la Independencia se funda en la debilidad de la metrópoli, invadida por las tropas de Napoleón o sujeta a graves luchas políticas internas.
Los
sucesos de la Península de 1808:
La
causa directa del comienzo del proceso fue la gran crisis que se inicia
en marzo de 1808 con las abdicaciones de Bayona y el
nombramiento de José Bonaparte como nuevo rey de España e Indias. La reacción
peninsular contra el invasor se traduce en la creación de juntas de
gobierno en las capitales de provincias proclamando a Fernando como legítimo
rey. La Junta de Sevilla, presidida por Francisco Saavedra, se proclamó suprema
de España e Indias y no tardó en enviar emisarios a las colonias para su
reconocimiento.
Las consecuencias de la independencia de
los países latinoamericanos son muy complejas, incluso podríamos
afirmar que se siguen arrastrando en la actualidad. Las consecuencias las
podríamos clasificar en económicas, sociales y políticas.
Consecuencias
económicas:
El proceso de independencia de Latinoamérica es
desigual a nivel territorial y por lo tanto económico. Aun así, el denominador
común fue la crisis económica como resultado de un
largo proceso revolucionario y violento. El descenso de la población afectó
gravemente a la producción. La apertura al comercio exterior quebró el
monopolio para España y Portugal y favoreció al tráfico de mercancías con Gran
Bretaña.
Consecuencias
sociales:
La declaración de todos los ciudadanos sin distinción de
razas y la creación de una sociedad de clases beneficiaron
a los criollos, quienes siguieron conservando sus riquezas. La esclavitud
desaparecería progresivamente según la situación territorial.
Consecuencias
políticas:
El elemento más significativo fue la derivación de
los movimientos independentistas liberales hacía formas de gobierno autoritarias para
proteger los intereses de las élites. Las guerras civiles y los conflictos
territoriales no cesaron a pesar del intento fallido de creación de una
Confederación de Naciones por Simón de Bolívar.
Entre los criollos residentes en las principales ciudades coloniales existió cierta agitación revolucionaria a partir de 1780. La fomentaban y mantenían ideólogos como Antonio Nariño, colombiano, propagador de las doctrinas políticas de los enciclopedistas franceses. Tal agitación se tradujo en una serie de golpes de mano y conjuraciones aisladas. La más importante fue la de los Comuneros de Socorro, que estalló en Nueva Granada en 1781.
El primer sudamericano que procuró unir todos los esfuerzos de los separatistas
en una acción común fue Francisco Miranda (1756-1816), venezolano,
natural de Caracas, luchó contra los ingleses en Norteamérica y fue general
girondino en Francia. Desde Londres, donde tenía su cuartel general, preparó un
desembarco en su patria, con el apoyo de Inglaterra y los Estados Unidos.
Fracasó en Ocumare y Vela de Coro (1805), pero regresó a
Londres con nuevos arrestos para fomentar su causa.
Las sublevaciones de 1810:
La labor de Miranda y sus compañeros, así
como la de los liberales criollos, tuvo ocasión de manifestarse en 1810, cuando
el gobierno de la metrópoli se vio obligado a refugiarse en Cádiz
ante el ímpetu de los ejércitos napoleónicos. Ya desde 1808 la
actitud separatista se había manifestado en el acto de reclamar Juntas de
gobierno americanas; pues bien, en 1810 éstas se impusieron en todas partes,
con el propósito de adueñarse del poder y proceder luego a la proclamación de
la Independencia.
En Buenos Aires, los revolucionarios
impusieron la Junta después de la jornada del 25 de mayo de 1810. En Santiago
de Chile, los criollos, a ejemplo de los bonaerenses, impusieron su causa en
los días 11 de junio y 18 de septiembre. En Caracas la revolución ya había
estallado, con éxito, en las jornadas del 18 y 19 de abril, y Bogotá había
seguido su ejemplo el 20 de julio. Por otra parte, en México, el cura Hidalgo se
levantó en Dolores (16 de septiembre) y con un ejército de
indios se dirigió contra la capital; su derrota y su ejecución no paralizaron
la acción separatista mexicana, que halló otro caudillo en Morelos.
Luchas entre españoles y separatistas:
Contra los americanos que preconizaban la
independencia de las colonias, otros manifestaron su fidelidad a la monarquía y
se agruparon alrededor de las autoridades españolas. Sobre todo, eran
propietarios rústicos, dueños de grandes haciendas en México y el Perú. Gracias
a su ayuda, los virreyes dispusieron de algunas fuerzas para combatir a los
patriotas. Entre 1810 y 1816 España logró reducir casi por completo el
movimiento separatista. Así en México, los realistas, acaudillados por
Itúrbide, derrotaron a Morelos, lo cogieron prisionero en Tezmalaca y lo
fusilaron en 1815.
En América del Sur la defensa de los
derechos de la corona española corrió a cargo del virrey Abascal.
Este mantuvo en paz el virreinato del Perú, y desde este reducto organizó y
envió ejércitos contra los sublevados, los cuales, a su vez, se combatían en
ásperas luchas internas. El
movimiento independentista en Chile fue sofocado en 1815,
después de la victoria de Cancha Rayada (1814) que puso fin al período
llamado Patria Vieja.
En Nueva Granada los realistas se apoderaron de Quito en 1814 y prepararon el
éxito de la expedición del general español Morillo, quien conquistó Cartagena
en 1815 y Bogotá en 1816. Mientras tanto, en Venezuela los españolistas,
mandados por Boves, habían puesto fin a la guerra a muerte y expulsado a Bolívar y
sus partidarios del país, después de infligirles algunas severas derrotas que
hicieron cundir el desaliento en las filas de aquéllos.
Los nuevos Estados en su vida interna y
externa:
La independencia de los Estados de
Hispanoamérica fue prematura. Este hecho explica el caos en que cayeron después
de lograda aquélla, Las nuevas democracias sudamericanas se convirtieron en campo de palestra de
aventureros y soldados de fortuna. El caudillismo, el gran mal de este período,
fue con todo un remedio para preparar el advenimiento de regímenes menos
anormales.
El apoyo de Inglaterra y los Estados
Unidos fue decisivo en la lucha de las antiguas colonias españolas por su
independencia. El presidente Monroe proclamó en 1823 la Doctrina de Monroe,
contra cualquier intervención europea en América de tipo colonizador o
imperialista; en 1825 el ministro inglés Canning reconoció la plena soberanía
de las naciones hispanoamericanas.
CULTURA PREHISPANICAS
Antes de la llegada de los europeos al continente americano, existían diversas poblaciones indígenas asentadas a lo largo del mismo. Estas se conocen como culturas prehispánicas y al estudiarlas te darás cuenta de que su influencia sigue presente en nuestra cultura. Cuando decimos que una cultura es prehispánica o precolombina, nos referimos a una población americana formada previamente a la llegada de los españoles.
Los pueblos prehispánicos son un grupo de culturas
que habitaron el continente antes de la llegada de Cristóbal Colón a América.
De estos pueblos destacan dos grandes civilizaciones que se desarrollaron en Sudamérica
(incas) y en Centro y Norte América (mesoamericana).
¿Qué es Aridoamérica?
Los estudiosos del México antiguo le dan el nombre
de Aridoamérica a una de las regiones culturales que
existieron mucho antes de la llegada de los conquistadores europeos, y en las
que diferentes poblaciones aborígenes hicieron vida. Las principales
regiones de este tipo fueron Mesoamérica, Oasisamérica y
Aridoamérica.
La región aridoamericana se caracterizó por las más
agreste y difícil de todas, debido a sus condiciones climáticas y su ausencia
de grandes ríos que canalizar o aprovechar, lo cual hacía casi imposible
la agricultura. De allí su nombre, combinación de “árido” y “América”,
empleado siempre desde un punto de vista general y panorámico, dado
que los pueblos aridoamericanos no llegaron a constituir nunca
una cultura unificada.
¿Qué es Mesoamérica?
Se entiende por Mesoamérica a cierta región central
del continente americano que va desde la mitad meridional de México a
los territorios de Belice, Guatemala, El Salvador y la región occidental de
Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Esta región fue la cuna de la civilización
mesoamericana, de gran variedad étnica y lingüística, protagonizada por
culturas precolombinas como la olmeca, tolteca, maya y
mexica entre muchas otras, desde más o menos el siglo XXVI a.C. hasta la
llegada de los conquistadores españoles a finales del siglo XV d.C.
De esta manera, cuando se habla de
Mesoamérica no se refiere a una región geográfica, sino cultural. Aunque
su nombre mismo signifique “la América media”, no debe confundirse con
Centroamérica, ni con la Región Mesoamericana, organización económica
internacional que abarca a los diversos países antes mencionados.
¿Qué es Sudamérica?
América del Sur, Sudamérica o Suramérica es el subcontinente austral de América; o según los anglosajones, uno de los continentes que conforman el supercontinente de América. Está atravesada por la línea ecuatorial en su extremo norte, quedando así con la mayor parte de su territorio comprendida dentro del hemisferio sur.
Se
sitúa entre el océano
Atlántico y el océano
Pacífico, los cuales delimitan los extremos Este
y Oeste respectivamente, mientras que el mar Caribe delimita
por el norte y el océano
Antártico su extremo sur. Está conectada
con América
del Norte por el estrecho puente territorial
que representa América
Central. América del Sur es la zona terrestre
más próxima a la Antártida, a
través del paso de Drake al
sur. Ocupa una superficie de 18,2 millones de km, lo que representa un
42,9 % del continente americano y un 13,0 % de las tierras emergidas, y
está habitada por el 6,5 % de la población
mundial.
Las culturas prehispánicas son las culturas
de los pueblos que ocuparon Mesoamérica antes de la Conquista española
Antes de la llegada de
los españoles a América, este continente era un semillero de importantes
civilizaciones que formaron grandes imperios y cuyos legados es posible ver por
medio de sus ruinas, códices, y de sus descendientes quienes aún perpetúan sus
usos y costumbres.
La mayoría de culturas prehispánicas se concentran en
Mesoamérica aunque en el territorio conocido como Aridoamérica también existen
grupos importantes de civilizaciones hispánicas. Entre las 5 culturas
prehispánicas más importantes, muchas de ellas se encuentran en el territorio
que ahora pertenece a México. Sin embargo, no son las únicas que se reconoce
por su importancia.
Las 5 culturas
prehispánicas más importantes fueron: en primer lugar, la azteca o mexica, que
ocupó el centro de México. La segunda es la cultura maya, que abarca desde el
sur de México hasta Centroamérica. Luego seguimos con la cultura inca, que
existe en lugares como Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, etc. En el cuarto
lugar está la cultura Olmeca, del suroeste mexicano y por último la zapoteca y
mixteca del sureste mexicano, las cuales hacen parte de las civilizaciones
precolombinas más importantes.
Incas Mayas
Cabe destacar que Las culturas precolombinas de América se organizaron en sociedades muy diversas. En la América prehispánica durante siglos, convivieron innumerables pueblos con realidades históricas muy distintas: pueblos nómades de cultura primitiva, como muchas tribus norteamericanas, los esquimales (Alaska), los yanomamis (Venezuela y Brasil), los avante (Brasil) y los Charrúas que vivían básicamente de la caza y la recolección, también hubieron pueblos más sofisticados como los Sarawak, mapuches y guaranís que evolucionaron hacia una vida sedentaria y agrícola. Finalmente, los pueblos que desarrollaron culturas más complejas y sofisticadas fueron los mayas, aztecas e Incas.
Los pueblos
originarios poseían una cultura que debemos preservar, sin reservas, sin
prejuicios mezclado con lo español, que también, y a pesar de todo, vino a
enriquecer el país creando un híbrido fascinante que sigue en pie.
Los avances matemáticas y astronomía, el trabajo arquitectónico de las viejas culturas nos siguen sorprendiendo hasta el día de hoy, por la majestuosidad de sus pirámides y centros ceremoniales entre otras cosas. Así que aquí te dejamos 5 herencias prehispánicas fascinantes que seguimos practicando.
Cocina:
La comida mexicana se
basa en los ingredientes prehispánicos por antonomasia: frijol, maíz y
chile. Tenemos ollas de barro, cucharas de madera y molcajetes que usamos para
preparar chocolate, tepache o pulque.
Fiestas:
"Todos los días, días de muertos"
decía Octavio Paz. Las fiestas y costumbres son ancestrales, igual que los
ritos y nuestra esencia para festejar.
Medicina
tradicional:
¿Quién no ha tomado
alguna receta de la abuela para el empacho o el mal del ojo? Todavía sobreviven las
parteras, y seguimos curándonos con plantas y hierbas medicinales tal
como lo hacían
nuestros antepasados.
El Tianguis:
No existe persona en
Latinoamérica que no haya ido al tianguis, ni las familias que
asisten al tianguis como si fuera un evento familiar, un ritual, van heredando
la tradición. Además, una práctica que sostiene a miles de personas en Latinoamérica a través del
comercio.
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